5 cosas que no sabía de Japón antes de viajar a este país

25.08.2019

Que los japoneses son súper organizados. Silenciosos en el transporte público y extremadamente puntuales. Que en los restaurantes hay miniaturas de los platos que ofrecen. Que hay un profesión que es la de "empujador" para que quepa más gente en el metro. Que pueden dormir en cualquier lado y en cualquier momento o que hablamos de uno de los países más seguros del mundo. 

Antes de mi viaje a Japón yo ya había recolectado una gran cantidad de curiosidades del país y su cultura pero, igualmente, ha habido cosas que me han seguido sorprendiendo y no sabía hasta que las vi con mis propios ojos. Os las cuento:  

1. Si te has olvidado el neceser en casa, no te preocupes, en Japón no lo necesitas

Sabía que las habitaciones de hotel en Japón son especialmente pequeñas. No hace falta que busques un hotel cápsula. Nosotros nos hemos alojado en hoteles de 4* y 3* y en las habitaciones no cabía más que la cama (en 2 ocasiones a entrar solo por un lado porque estaba enganchada a la pared) y un pequeño escritorio. Lo que no sabía es la cantidad de amenities que tienes a tu disposición en el baño. Jabón de cuerpo y de cabello y acondicionador en botes grandes en todas las bañeras (en uno de los hoteles de la marca Shiseido). Algodones, lima, bastoncillos para las orejas, cepillo y pasta de dientes, mascarillas hidratantes, cepillo del pelo, kit de costura, pinza para las cejas.... lo digo sin exagerar: no he utilizado mis productos ni un sólo día.

2. Lo que menos vas a comer es sushi.

Que la gastronomía japonesa es más que sushi de salmón y makis de aguacate sí que era algo con lo que contaba. Pero en ningún momento pensé que en mi primer viaje a Japón lo que menos comería sería sushi, cuando aquí en Barcelona es mi perdición. Los motivos por los que sólo hemos comido sushi 2 veces en 15 días han sido dos: el precio y la gran variedad de restaurantes que hemos encontrado.

En Japón cada restaurante se especializa en un tipo de comida. No encontrarás yakisobas, gyozas y sushi en el mismo restaurante. Por lo que, si decides cenar sushi, sólo cenarás sushi. Las piezas empiezan a partir de los 100Y (1€ aprox.) y van hasta los 500Y, por lo que si tenías pensado darte un buen atracón a sushi, te va a salir cara la cosa.

Si a eso le sumamos los increíbles restaurantes de ramen, gyozas, okonomiyakis, braserias de carne de kobe o curry, nos han faltado días para probar todo lo que la gastronomía japonesa nos ha ofrecido y nos hemos decantado más por platos que a España ni siquiera han llegado. 

3. El transporte público es más sencillo en Japón que en Londres, aún sin hablar ni una palabra de japonés.

Una de las cosas que más me preocupaba de este viaje era perderme; no ser capaz de utilizar correctamente el transporte público y desubicarme haciendo transbordos y cosas así. El hecho de que se tratase de un país tan seguro me hizo pensar que, en caso de no saber que tren/metro coger, alguien ya me ayudaría a encontrar el camino :). Pues bien, no ha hecho falta: el transporte público en Japón es extremadamente sencillo de utilizar. Generalmente hablamos de 2 medios de transporte básicos: tren (líneas de Japan Rail) y metro. 

Las líneas d Japan Rail (las que están incluidas en el famoso Japan Rail Pass), tienen un color y un nombre en alfabeto latino. Las líneas de metro tienen una letra y un color. Absolutamente todas las paradas de metro/tren están extremadamente bien señalizadas, por lo que simplemente tendrás que seguir tu letra y tu color en la dirección que te aparezca. Por último y para facilitar aún más la cosa, cada parada tiene una letra y un color (la correspondiente a su línea) y un número. Así, si la parada más cercana a dónde quieres ir se llama M14 y tu estás en la M8, sabes que tienes que pasar 6 estaciones antes de llegar a tu destino.

Entre la puntualidad, la facilidad de uso y el ambiente que se respira en el transporte público, puedo confirmar que es el mejor que he utilizado hasta la fecha.

4. Ni pocket wifi ni tarjeta SIM. Hay wifi en todos lados. 

Antes de viajar a Japón me había informado bien de las opciones de conexión a Internet que podríamos encontrar. A parte de las tarjetas SIM de compañías locales que encuentras en el aeropuerto como en todos los países del mundo (excepto en Cuba, pero eso es ya otra historia); en Japón está de moda el pocket wifi. Se trata de un aparato con internet al que puedes conectar tus dispositivos. Funciona en cualquier lado y te acceso ilimitado a internet. Una vez acabas el viaje, lo devuelves en el aeropuerto o incluso en la recepción de tu hotel. 

Aunque las dos opciones son magníficas y si quieres tener internet ilimitado, una de las dos es necesaria, hay que saber que en Japón el wifi es prácticamente omnipresente. Estaciones de metro, restaurantes, centros comerciales...incluso algunos barrios tienen su propio wifi gratuito.

Así, si no quieres gastarte mínimo unos 50€ en tener internet (precio para 15 días de tarjeta sim), no te preocupes: no te vas a quedar tirado por falta de acceso a Google Maps. 

5. Los cat cafés: el timo de la historia.

En esto quizás he pecado de pardilla. A lo mejor tenía que haberme imaginado que los cat cafés no eran más que otra forma de explotación animal, pero en mi imaginario, los cat cafés eran lugares que recogían animales abandonados y les daban un lugar dónde estar hasta que eran adoptados.  Pues bien: nada más lejos de la realidad.

La experiencia del cat café ha sido lo peor del viaje. El día que queremos ir, miramos cuál está mas cerca y en 10 minutos nos plantamos allí. Subimos hasta la 8a planta del edificio dónde estaba el cat café y nos recibe una chica que nos dice que tenemos 10 minutos para estar con los gatos y tenemos que pagar 1000 yenes por persona (unos 10€). Que si queremos darles de comer, hay máquinas expendedoras donde comprar pienso. Que no hagamos mucho ruido y que no los cojamos. Y sólo le faltó decir: "y el tiempo empieza a contar a partir de YA". Entramos a la zona dónde están los gatos y nos encontramos básicamente con un comedor de lujo y con 6 o 7 gatos (todos de raza) medio adormilados por las esquinas. 4 o 5 japoneses a su alrededor, acariciándolos, dándoles de comer, mirándoles...un horror vamos. No era una cafetería con gatos, no. 

Cuando han pasado 9 minutos (porque a partir de los 10 minutos, cada minuto extra costaba 200 yenes), decidimos salir y en el tiempo que recogemos la mochila que hemos dejado en una taquilla, nos pasamos 10 segundos de los 10 minutos y en vez de cobrarnos 20€ nos cobra 24€ (los 10€ de los 10 minutos +2€ por persona por los 10 segundos). Alucinando le digo que hemos salido antes de tiempo, que no nos cobre de más. Y nos dice que lo que cuenta es el ticket y que en el ticket pone 1 minuto de más. Súper cabreados le pagamos lo que nos pide y nos vamos.

No es sólo el precio del minuto que nos pareció un robo, es cómo tienen a los animales. Estoy segura que esos gatos están drogados porque un gato de por sí, no se deja acariciar por todo el mundo y está tan tranquilo en un ambiente tan cambiante. 

Os explico esto porque si vais a ir a Japón: por favor, no colaboréis con esto. No aporta nada bueno a nadie.

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Antes de empezar este viaje, ya sabíamos que Japón es un país tan grande y con tantos sitios por descubrir que con una sola visita no íbamos a tener suficiente. Así que, sabiendo que querríamos volver (después del viaje aún lo tengo más claro), decidimos hacer base en Osaka, Kioto y Tokio para conocer las tres ciudades más importantes...

El tema del presupuesto es siempre super subjetivo y depende del estilo de viaje que quieras hacer. Como en todos lados, el hotel que elijas, los restaurantes o incluso las actividades que decidas hacer en cada ciudad influirán directamente en el presupuesto que necesitas.

Que los japoneses son súper organizados. Silenciosos en el transporte público y extremadamente puntuales. Que en los restaurantes hay miniaturas de los platos que ofrecen. Que hay un profesión que es la de "empujador" para que quepa más gente en el metro. Que pueden dormir en cualquier lado y en cualquier momento o que hablamos de uno de los...