Escapada a Colliure
Para los que vivimos cerca de la frontera con Francia, Colliure es un destino perfecto para una escapada de fin de semana, especialmente si es en época estival. Nosotros hemos aprovechado los días festivos de Semana Santa para conocer este pueblo costero y aquí os dejo que visitar, dónde comer y algunos lugares interesantes alrededor.
El pueblo de Colliure (Collioure en francés), se encuentra en la Costa Bermeja a apenas 30 km de la frontera entre España y Francia. Al visitarlo en primavera, lo hemos vivido como un pueblo tranquilo, con bastante movimiento durante la tarde pero sin grandes aglomeraciones.
La vida del pueblo se concentra básicamente entre sus dos lugares emblemáticos: la iglesia de Notre Dame des Anges y el castillo de Colliure. Entre los dos se ubica la playa principal del pueblo que yo la consideraría el centro neurálgico.
La mejor cosa que ver y sobre todo que hacer en Colliure es perderse entre las calles estrechas de Moré, el antiguo barrio de pescadores. Nos encantó pasear por allí donde en cada esquina encontramos algo original y artístico: escaparates, registros del agua, tiestos de flores...
Recorriendo el pueblo no nos sorprendió que el lugar inspirara a tantos artistas. De hecho a principios del siglo XX, este pueblo se transformó en uno de los centros más importantes del fauvismo y pintores como Matisse o Picasso visitaron el pueblo con bastante frecuencia.
Toda la zona tiene una buena oferta gastronómica. El dueño de la casa donde nosotros nos hospedamos nos recomendó el restaurante L'Insolite, justo enfrente de la iglesia con muy buena relación calidad/precio (sobretodo teniendo en cuenta que Francia no es precisamente económica). Los platos estrella de la zona son las anchoas y los mejillones, aunque todo el marisco que probamos estaba de rechupete.
Más allá de la visita al pueblo que se visita en medio día (un día entero si podéis disfrutar de su playa pedregosa muy parecida a la de Cadaqués), a nosotros lo que nos encantó fue hacer una ruta de 20km por la Costa Bermeja hasta pasado Port-Vendres.
La ruta está señalizada con indicaciones amarillas durante todo el camino, es de fácil acceso y recorrido y el trayecto depende del tiempo que tengas ya que recorre la costa hasta Cataluña. Es muy similar a los caminos de ronda de la Costa Brava. Se puede hacer en dirección norte o sur desde Colliure y nosotros decidimos hacerla en dirección sur empezando en la "Plage de Port d'Avall". Desde la playa se asciende a uno de los miradores más bonitos de la ciudad desde donde las vistas a Colliure son preciosas y de ahí, se empieza a caminar en dirección a Port-Vendres.
Si os decidís a hacerla, lo mejor es pedir información en la Oficina de Turismo que está en el centro del pueblo y así os recomendarán la mejor opción según vuestras preferencias.
Nosotros teníamos intención de llegar hasta el Faro de Cap Béar pero como nos entretuvimos mucho rato haciendo fotos (y haciendo el vermut en Port-Vendres), llegamos hasta el "Feu Métalilique du Môle", dónde comimos en la playa los bocadillos que llevábamos preparados como buenos excursionistas.
Por lo que respecta al alojamiento, Colliure tiene una gran oferta hotelera. Tened en cuenta que el aparcamiento en el centro del pueblo no es gratuito (hay diferentes parkings pero todos de pago) y tener el coche todo el día os puede salir caro. Así, recomiendo buscar hoteles con parking o buscar alojamiento fuera del pueblo.
Nosotros nos alojamos en La Bergerie, una pequeña casa rural en Sorède a 20 minutos de la costa. 2 habitaciones, cocina equipada, terraza, cama elástica y mesa de ping pong por 20€ persona/noche. Os dejo aquí mi código de airbnb por si os animáis a reservar este o cualquier otro alojamiento por la web.