Ruta Macedonia & Bulgaria: 5 días y 4 noches
Nosotras aprovechamos el puente del 1 de Noviembre para visitar esta zona de los Balcanes que teníamos pendiente. Nos aventuramos a alquilar coche y recorrer los dos países por nuestra cuenta; y, dejadme que me autofelicite, una muy buena decisión. Os lo explico todo aquí.
DÍA 1 - Barcelona - Sofía
Decidimos volar por la tarde-noche por dos motivos: era mucho más económico y nos permitía al día siguiente empezar directamente con nuestra ruta. Así, llegamos alrededor de las 12 de la noche a Sofía y dormimos en un hotel al lado del aeropuerto. CONSEJO: si llegáis muy tarde a Sofía, elegid un hotel que tenga transfer gratuito del aeropuerto al hotel. Si alquiláis coche, al día siguiente vuelven a tener transfer gratuito del hotel al aeropuerto.
DÍA 2 - Sofía - Cañón Matka - Skopje
El segundo día volvimos al aeropuerto a recoger nuestro coche y nos pusimos en ruta. Es importante que si vais a visitar los dos países, cuando reservéis el coche comentéis que necesitáis la Green Card para poder cruzar la frontera. Tiene un suplemento (dependiendo de la compañía, con Avis fueron 15€) pero es completamente obligatorio. Entre Sofía y el Cañón Matka son unas 4 horas. El cañón se encuentra muy cerca de la capital Macedonia, a unos 20 km, por lo que es muy recomendable visitar el parque natural por la mañana y pasar la tarde y la noche en la ciudad. Como nosotras nos perdimos (sí, es así), llegamos al mediodía al lago Matka. Tuvimos menos tiempo del previsto para visitar la zona, pero el suficiente para recomendarlo 100%. CONSEJO: Si queréis llegar al Cañón Matka en coche, en el GPS (Google Maps, Sygyc o cualquier otro que utilicéis) no pongáis como destino "Lago Matka", sino "Cañón Matka". Os ahorraréis 2 horas de conducción por caminos de tierra alejados de la mano de Dios.
En cualquier caso y aún habiendo hecho la grandísima vuelta, la visita a esta zona vale muchísimo la pena, especialmente si coges el barquito que te lleva hasta unas grutas a unos 20 minutos de la entrada. El precio es de unos 3€ al cambio. Las grutas no me parecieron una maravilla, pero el paseo en barca lo considero un must. Cuando volvimos al embarcadero estábamos muertas de hambre, así que comimos allí mismo. Hay un restaurante con vistas al lago que vale muchísimo la pena. Plato de pasta y bebida, unos 10€ por persona. Una vez dada por cerrada nuestra excursión al Cañón Matka, nos dirigimos a Skopje. CONSEJO: Si alquiláis coche, intentad evitar las horas de más tráfico en las ciudades. Los macedonios no tienen un gran respeto por las normas de tráfico (especialmente las distancias mínimas de seguridad). Conducir en la ciudad nos ocasionó un poquito de estrés. Fuera de los grandes núcleos, un lujo total.
Por la noche paseamos por el centro de Skopje, dónde el mayor protagonismo lo tiene su puente de piedra. Tuvimos dudas de si quedarnos o no al día siguiente por la mañana en la ciudad para descubrirla un poco más, pero, la sensación que tuvimos por la noche fue de que no era necesario. Es una capital europea que, desde mi punto de vista, no tiene nada que hacer contra sus entornos verdes y sus ciudades vecinas. Cenamos tranquilamente al lado del río, nos sorprendimos por la gran cantidad de estatuas que hay en la ciudad y, por la mañana, pusimos rumbo a las ruinas de Heraclea y la ciudad de Bitola.
DÍA 3 - Skopje - Heraclea - Bitola - Ohrid
De Skopje a Heraclea hay unas 2 horas y media en coche y estas ruinas están al lado de la ciudad de Bitola, lo que hace que sea muy factible hacerlo todo en un día. Nos levantamos temprano y pusimos rumbo a estas antigua ciudad de más de 5000 años. Heraclea fue fundada por Felipe II de Macedonia y cayó an manos de los romanos en el año 168 aC. La ciudad se desarrolló como cruce de comunicación y negocios ya que estaba en medio de la ruta que comunicaba el mar Adriático con el mar Egeo. En las ruinas se encuentra el anfiteatro y los baños romanos de la época, todo muy bien conservado. La entrada cuesta 1.50€ al cambio y solo se puede pagar en efectivo. Sin ninguna duda, vale la pena pasar por aquí antes (o después de visitar Bitola). Además, en las ruinas vive una colonia de gatetes adorables que nos robaron el corazón.
Una vez visitamos Heraclea, conducimos 10 minutos hasta Bitola. En el que es el segundo núcleo más importante de Macedonia, estuvimos unas 2 horas, paseando por su calle principal, Shirok Sokak, hasta llegar a la plaza de la Torre del Reloj. Desde allí nos adentramos en el mercado local y, después de comer, nos pusimos rumbo a Ohrid. La ciudad está considerada uno de los puntos más importantes administrativa y económicamente hablando pero, a la hora de visitar, no nos pareció muy llamativa. Eso sí, el hecho de tener Heraclea a 30 minutos caminando del centro, la convierten en una parada obligatoria para todo viajero.
De Bitola a Ohrid hay 1 hora y media de camino, lo que nos permitió llegar a media tarde a la que es, sin duda, la joya de la corona de nuestro viaje: Ohrid. Nos alojamos en el casco antiguo y, esa tarde, la aprovechamos para irnos de copas y a cenar en lo que se considera uno de los puntos más turísticos del país (supongo que en verano habrá más gente pero, en Noviembre, os aseguro que no sentíamos las únicas extranjeras de la ciudad).
DÍA 4 - Ohrid - Sofia
Ohrid es la imagen del país. Se trata de una ciudad preciosa al lado de un lago. Con monasterios y barcas sobre aguas cristalinas. Si hoy en día no está explotada al nivel de tener chiringuitos en cada esquina es, sin ninguna duda, porque se encuentra en Macedonia y no en Grecia o Croacia. Como he explicado en otra de las entradas del blog, uno de los atractivos de Macedonia es su poca explotación turística que te permite disfrutar de todos los rincones sin aglomeraciones de gente y hacer fotos sin que salgan invadidas por desconocidos.
El centro antiguo de Ohrid es prácticamente peatonal, y, entre la parte donde se acaba la carretera (y dónde recomiendo dejar el coche ya que lo demás es realmente estrecho) y la Iglesia de San Juan Kaneo (el lugar de Ohrid que no te vas a querer perder por nada del mundo), hay una media hora. Nosotras tuvimos la suerte de contar con un guía canino que, aunque parezca una locura, parecía que nos guiaba.
Vale la pena pasear tranquilamente, llegar a la famosa iglesia y contemplar las vistas del lago desde allí. La entrada es gratuita y, a la hora que llegamos nosotras, no había absolutamente nadie. Realmente, uno de los puntos más fuertes del viaje.
Cómo el plan era volver directamente a Sofía (6 horas de coche), antes de comer pusimos rumbo a la capital búlgara y paramos a comer por el camino. Hay que tener en cuenta que al cruzar la frontera se pierde una hora, por lo que llegamos a Sofía cuando ya era de noche. No dormimos en la capital, sino que buscamos un sitio cerca del monasterio de Rila, nuestro destino a la mañana siguiente y, por ir avanzando, otro de los imperdibles del viaje.
DIA 5 - Rila - Sofia - Barcelona
Aunque en la historia del día anterior he dicho que dormimos cerca de Rila, esto es un poco falso. La verdad es que creíamos que sí pero, en realidad, dormimos a casi 1 hora del Monasterio. CONSEJO: Como en Macedonia y Bulgaria hay muy poco alojamiento, cuando buscas una ciudad te aparecen muy rápido alojamientos que están a muchos kilómetros. Antes de reservar revisa en Google Maps que la distancia es correcta. Lo nuestro no fue un drama, especialmente porque el hotel en el que nos alojamos era una pasada, pero sí que hicimos kilómetros de más.
Dejando atrás este detalle, por la mañana nos dirigimos a Rila. Vale la pena llegar bien pronto, porque este sitio, a excepción de todos los demás que visitamos, sí que se llenó de turistas a eso de las 12 del mediodía.
El complejo del Monasterio no es demasiado grande, en 1 hora y media máximo se puede visitar. Vale la pena entrar y admirar la arquitectura y la pintura del siglo X. El monasterio ortodoxo llama la atención por su perfecto estado de conservación, restaurado en el siglo XIX después de que un incendio arruinase una gran parte del monasterio.
Nos encantó visitarlo y después de haber visitado Sofía, me parece una parada obligatoria para cualquiera que visite la capital búlgara, porque está a solo 120km (1 hora y media aprox) y está repleto de magia.
Una vez empapadas del arte ortodoxo de Rila, volvimos a coger el coche y nos dirigimos a Sofía a pasar 5 horas antes de ir al aeropuerto para volver a casa. ¿Qué si me arrepiento de haber estado tan poquito rato en la capital búlgara? Definitivamente no. Desde mi punto de vista Sofía es muy fría (¡rodolí!) y si no fuese por la preciosísima catedral Aleksandar Nevski, sería un lugar que pasaría sin pena ni gloria. Por suerte, cuenta con este magnífico icono que enamora a todo el que se la encuentra tan radiante en medio de la ciudad.
Como después de viajar, lo que más amo es comer, os quería recomendar un restaurante super top en la capital búlgara: Made in Home. Un restaurante de slow & organic food, a 20 minutos de la catedral Aleksandar Nevski que cuenta con una decoración preciosa que te invita a hacer una larga sobremesa. Sin duda, fue la manera perfecta de acabar nuestra ruta por estos dos países de los Balcanes que repetiría sin pensármelo.